Roma nació en el siglo VIII a.C.
En sus inicios esta naciente ciudad era simplemente un conglomerado de cabañas
de pastores que ocupaban una serie de colinas en torno
a un lugar estratégico apto para atravesar el río Tíber.
En el curso del siglo VII a.C.,
roma fue conquistada por los estrucos. La fortificaron rodeándolas con un
cinturón de siete murallas, saneando los valles pantanosos mediante canales de
desagües, terraplenando el suelo,
uniendo las riberas del Tíber con un puente y levantaron Capitolios nuevos en
honor a sus dioses.
En Roma se produce la ruptura
completa entre los ejercicio atléticos y los ejercicio higiénicos. En la
palestra los jóvenes romanos practicaban una gimnasia (salvando las distancias)
parecida a la sueca. Los juegos atléticos tenían en Roma un carácter
de espectáculo. Los jóvenes Romanos sólo frecuentaban el anfiteatro como
espectadores, dejando estas prácticas en mano de profesionales reclutados entre
los pueblos bárbaros.
El ciudadano Romano promedio
creía que el ejercicio era solamente necesario para la salud y para el
entrenamiento bélico. No se vislumbraba el valor de juego como algo placentero
durante el tiempo libre.
En los primeros tiempos de
Roma, la educación era predominantemente campesina y militar, oponiéndose los
viejos romanos a la penetración de las costumbres helénicas. En gimnasia los
romanos no innovaron.
La influencia sobre Roma fue
todo de la época helenística, en la que la importancia de la educación física
había disminuido ostensiblemente. El tipo de gimnasia que más proliferó en Roma
fue la gimnasia atlética y profesional que se manifestaba en los espectáculos
de lucha y que despertaba pasiones muy fuertes entre los espectadores.
La educación física romana se
puede comparar con la desarrollada en Esparta. Se competía en natación, lucha y
atletismo, todo hacia un desarrollo físico de los jóvenes romanos con fines
militares. En el hogar los padres le enseñaban destrezas físicas
necesarias para la milicia, tales como el uso de la espada, lanza, el escudo,
la jabalina y la monta de caballo. En resumen, se enfatizaba desde edades
tempranas el desarrollo de aptitudes físicas especializadas (fortaleza,
agilidad, tolerancia y destreza motoras particulares) que son necesarias para
desarrollar un eficiente soldado Romano.
El entrenamiento físico para
los niños estaba orientado casi exclusivamente hacia fines militares. Los
ciudadanos entre las edades de 17 y 60 años eran responsables de cumplir con el
servicio
militar. Los
soldados seguían un itinerario de entrenamiento riguroso e inflexible, el cual
consistía de una gran variedad de actividades físicas, tales como la marcha,
correr, los saltos, la natación y los lanzamientos de la jabalina y disco.
Los romanos no tenían una
valoración estética
del cuerpo, no buscaban la síntesis entre armonía física y el desarrollo
mental, sino, el cuerpo era para ellos un instrumento a someter a la razón y a la
voluntad, o una fuente de placeres.
Los romanos no creían en la
belleza y simetría del cuerpo, ni en la armonía o el desarrollo equilibrado del
individuo. Se enfatizaba en el juego bruto, sucio y sangriento. Sin
embargo, era considerado de gran importancia un alto sentido de morales.
Se aceptaba el
profesionalismo en el deporte, dando énfasis en carreras con carruajes y
combates con gladiadores y hasta con bestias. Estas contiendas deportivas
estaban plagadas de violencias, crueldad y brutalidad.
Los romanos veían en este
tipo de actividades una manera de pasar el tiempo o de embellecer el cuerpo,
aspectos más propios de gentes ociosas que del hombre íntegro. En la época del
imperio, sin embargo, se extiende la preocupación por el cuerpo entre los
patricios, de lo que quedan patentes muestras en las monumentales
"termas" romanas, que eran, sobre todo, centros de reunión social y
no centros educativos, como podría suceder con los Gimnasios y Academias en
Grecia. La atención
al cuerpo entre los romanos cultos tenía más que ver con una vida regalada y de
placer que con un fin formativo.
El tipo de gimnasia que más
proliferó en Roma fue la gimnasia atlética y
profesional que se manifestaba en los espectáculos de lucha y que
despertaba pasiones muy fuertes entre los espectadores, que buscaban estos
espectáculos como contrapunto a su vida ociosa. Es la degeneración de la
gimnasia.
También el pensamiento
filosófico se preocupa en Roma de la educación física. Séneca considera que el
cuerpo debe estar subordinado al alma y que debemos conservar las cualidades
corporales y todo lo que se encuentra relacionado a nuestra naturaleza, pero
éstas son cosas fugitivas y no debemos convertirnos en esclavos.
Después de un período de
olimpismo y de culto a la belleza y a la fuerza
corporal, el espíritu adquiere cada vez más relieve,
desplazando al ejercicio físico, que se atrinchera en su función
higiénica, lo cual es incluso contestado en la Roma imperial. Se puede decir
con Maroux que "En la época cristiana, la educación Física asiste a su
bella muerte,
sin revolución
violenta, como una institución vieja".
Hasta ahora hemos descrito el
antagonismo entre el deporte y el entrenamiento deportivo, por una parte, y las
preocupaciones de la educación intelectual, por otra. La casi totalidad de los filósofos
condena la práctica deportiva; el único entrenamiento que preconizan es una
gimnasia higiénica y muy limitada en sus posibilidades.
ResponderEliminarHasta ahora hemos descrito el antagonismo entre el deporte y el entrenamiento deportivo, por una parte, y las preocupaciones de la educación intelectual, por otra. La casi totalidad de los filósofos condena la práctica deportiva; el único entrenamiento que preconizan es una gimnasia higiénica y muy limitada en sus posibilidades. https://yaldahpublishing.com/15-mejores-lugares-para-vivir-en-arizona/